DE ARGENTINA AL MUNDO EN R12
Jeremías Mora
Jeremías Mora - Andrea Cazaux
A bordo de su R12 y con sus mellizos
que nacerán en poco tiempo, Andrea Cazaux y Jeremías Mora, de 26 años, vecinos
del barrio Villa Florencia, buscarán
desde mañana cumplir sus sueños y llegar hasta Alaska recorriendo todo el
continente americano sobre cuatro ruedas.
“La meta no es llegar, es conocer”, dice Jeremías desde el comedor de la casa
que les prestaron para vivir durante estos meses. Después de casarse en enero
pasado, los dos jóvenes decidieron vender sus dos departamentos con todos sus
muebles e invertir la plata en concretar el proyecto que comenzaron a planear
hace un año y medio.
El punto de partida es el Monumento a San Martín, el Domingo 20 de Julio a las 11. Luego
pararán unos días en Saladillo, irán hacia Uruguay y volverán a Rosario, donde
esperarán a que nazcan sus dos bebés. Desde allí iniciarán el recorrido por el
noroeste argentino y luego escalarán el continente rumbo a Alaska. Estiman que
en cuatro años llegarán al destino que será una nueva puerta hacia otro
continente. Es que, si todo sale bien, continuarán hacia Europa, Asia y África.
“Empezamos a investigar y vimos que hay un mundo de viajeros y nos empezó a
gustar. La convencí a ella de hacer el viaje y ahí nació esta idea”, cuenta
Jeremías. En un principio, los protagonistas de esta historia eran ellos dos y
su Renault 12 modelo 88 que los acompaña en cada viaje. Sin embargo, hace tres
meses Andrea se enteró de que estaba embarazada y, luego, de que esperaban
mellizos.
La noticia no alteró los planes de la pareja, que no se detuvo para seguir
adelante con la construcción de una casilla rodante y con el resto de los
preparativos. “Cuando nos enteramos de los bebés nos llenamos de preguntas,
pero estamos todo el tiempo buscando información y tratando de ser precavidos.
El médico me dijo que va a estar todo bien mientras yo me cuide”, cuenta la
joven.
Esos otros viajeros que recorren el mundo en combis, autos antiguos, bicicletas
o de mochileros -incluso con sus hijos- inspiraron a Andrea y a Jeremías y los
alentaron a seguir. Si bien los miedos son muchos y los desafíos también, ambos
confían en que la crianza no será un impedimento para que la familia pueda
disfrutar de esta experiencia.
“Antes de hacer esta locura conocimos gente que tuvo sus hijos viajando y
que nos alentaron a que podíamos hacerlo”, confiesan. Jeremías relata, además,
que la llegada de los niños esperanzó a sus familiares para que desistan del
viaje, pero ellos aseguran que “no nos va a parar nada. No hay que tenerle
miedo al camino”, afirman.
Colaboración
También creen en que toda esa gente que sueña como ellos va a ayudarlos. Así,
muchas personas que se enteraron de su viaje les ofrecieron estadía en Perú,
Colombia y otros países.
“Cosas del destino”, que creen que los unió para que ambos cumplieran su sueño
de recorrer el mundo, durante cuatro o quince años, si pueden continuar hacia
los otros continentes.
“No queremos ir corriendo. La meta no es llegar, sino conocer. Estar en
cada lugar, en cada pueblo y conocer a su gente, que nos cuenten sus vidas y
sus historias. Todos tienen algo para contar”, asegura Andrea.
El desafío está planteado. Un mundo de aventuras los espera a los cuatro.
La
“burbuja” y el “fierro” no pueden fallar en la travesía
La plata que llevan no es mucha, pero piensan vivir con los trabajos de
fotografía que realiza Jeremías, a través de patrocinadores y brindando clases
de salsa. “Los ahorros son nada, quemamos todo en la casilla y en el auto”,
comentaron.
Casi todas sus energías las volcaron en fabricar una casilla rodante equipada para cocinar y dormir y con una pequeña habitación para sus niños. También, en arreglar el R12 que confían, no los va a defraudar. “El 12 es carne de perro, un fierro. Lo amamos”, dicen los chicos.
La casilla es una réplica de las denominadas Boyita o Perlita, por su forma redondeada. Fue -y lo es todavía- muy utilizada para los amantes de la pesca y de la vida al aire libre.
En el pequeño espacio que tiene la casilla hay todo lo que dos personas necesitan para vivir. El pequeño habitáculo cuenta con una cama de dos plazas, una cocina y varios armarios para guardar ropa y utensilios.
El Renault 12 fue uno de los autos más populares que se utilizaron en la Argentina. Comenzó a fabricarse en el país en la década del 70 y con el correr de los años se convirtió en el vehículo de la clase media por excelencia, a causa de su versatilidad y el precio al alcance de casi todos los bolsillos.
Con el R12, el “fierro de todos los fierros” y la Burbuja dándoles la mayor comodidad, la aventura por el mundo no puede fallar. Por eso, Andrea y Jeremías tienen tanta ilusión con el viaje que están por emprender.
Casi todas sus energías las volcaron en fabricar una casilla rodante equipada para cocinar y dormir y con una pequeña habitación para sus niños. También, en arreglar el R12 que confían, no los va a defraudar. “El 12 es carne de perro, un fierro. Lo amamos”, dicen los chicos.
La casilla es una réplica de las denominadas Boyita o Perlita, por su forma redondeada. Fue -y lo es todavía- muy utilizada para los amantes de la pesca y de la vida al aire libre.
En el pequeño espacio que tiene la casilla hay todo lo que dos personas necesitan para vivir. El pequeño habitáculo cuenta con una cama de dos plazas, una cocina y varios armarios para guardar ropa y utensilios.
El Renault 12 fue uno de los autos más populares que se utilizaron en la Argentina. Comenzó a fabricarse en el país en la década del 70 y con el correr de los años se convirtió en el vehículo de la clase media por excelencia, a causa de su versatilidad y el precio al alcance de casi todos los bolsillos.
Con el R12, el “fierro de todos los fierros” y la Burbuja dándoles la mayor comodidad, la aventura por el mundo no puede fallar. Por eso, Andrea y Jeremías tienen tanta ilusión con el viaje que están por emprender.
Gentileza: LAURA HEVIA
NEUQUÉN
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